Cuenta la leyenda que el primer hombre en habitar la tierra fue creado de arcilla, su nombre fue Arcus (“hombre de arcilla”). Enseñó a sus descendientes el arte de trabajar con la arcilla, recordándoles que eran parte de la tierra y que debían cuidarla como ella los cuidaba.

El arte de hacer cerámica no solo nos brinda una experiencia de inmersión profunda, sino que fomenta una mayor conexión con la naturaleza y sus ciclos.

El siguiente proyecto de interiorismo fue diseñado en base a esta idea rectora, el encuentro y conexión de un espacio y de uno mismo, con la naturaleza.

Dado que el espacio a intervenir no contaba con grandes aberturas, se diseñó un ventanal orgánico que simula estar en contacto con el exterior. A su vez, la paleta de colores elegida transmite paz y baja los niveles de estrés y ansiedad. Fue muy importante trabajar con materiales orgánicos tales como maderas y mimbre.

El diseño del espacio fue pensado para fomentar en los distintos puntos del partido un momento de conexión con la naturaleza y aprovechar el entrono que lo rodea.

Este espacio fomenta un momento de pausa y relajación, un momento de reflexión y espiritualidad.

La arcilla cambia de forma, se rompe y a su manera reconstruye.

Kerámicos significa en griego “hecho de arcilla”.

¿Acaso seremos nosotros los de arcilla?